Lo más normal en España cuando el gobierno toma algún tipo de medida “estrella” para solucionar algo “urgente”, es que los innumerables “chiringuitos” de colegas gubernamentales acudan raudos y veloces para ver lo que les toca. Y el gobierno siempre cumple con ellos, porque la base para mantener a un gobierno miserable como este es rodearse del mayor número de parásitos posibles que vivan del dinero público.
Y el nuevo plan energético decidido por su “sanchidad” no iba a ser una excepción porque el Decreto Ley en el que se recoge el plan autoriza a las administraciones públicas a adjudicar contratos “negociados sin publicidad para mejorar la eficiencia energética de sus edificios e instalaciones” hasta final de año. Es decir, permite formalizar contratos a dedo y eso en un país como España y con socialistas en el gobierno, ya pueden suponer lo que va a significar: saqueo.
Y como aquí la gente ya no se inmuta por nada, lo hacen sin ningún tipo de disimulo, sin cortarse ni un pelo o escondiéndose. Lo hacen con luz y taquígrafos porque ya son plenamente conscientes de que el cobarñol no se mueve del sofá, ni aunque se le esté quemando el mismísimo trasero.
Aguantamos lo que haga falta, con tal de no mover ni un dedo. La vagancia y la cobardía congénita que padecemos provoca cosas como estas. Y tengan muy claro que el gobierno es plenamente consciente de ello y que esto no va a parar. ¿Habrá algún límite en nuestra paciencia? Ya empezamos a dudarlo.
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