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David Lafoz, el joven agricultor símbolo de la lucha del campo aragonés, se suicidó anoche víctima de una presión del sistema que le hundió económica y moralmente.
En febrero de 2024, en plena ola de protestas del sector primario en España, su imagen encabezando con su tractor la marcha hacia la Aljafería quedó grabada en la retina de miles. Aquel día, acompañado de miles de agricultores y ganaderos, alzó la voz: “¡Salvemos al campo!”. Un grito que se convirtió en lema de una movilización.
Fue de los primeros en ofrecer su ayuda cuando las lluvias de la DANA golpearon Valencia, cuando las inundaciones azotaron su comarca, o cuando cualquier vecino lo necesitaba.
El acoso, el hostigamiento, las multas y las constantes inspecciones de Hacienda y de Trabajo le llevaron a un punto de no retorno.
Descanse en Paz
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