Acabamos de leer un artículos en el diario ‘Inmundo’ que, se lo vamos a decir muy en serio, nos ha dejado absolutamente perplejos porque no lo entendemos demasiado bien. La autora, Pilar Laguna, compara las campañas que habría que hacer contra la, según ella, “desinformación” existente contra las inoculaciones experimentales, con las campañas que tuvieron que realizarse en los años 60 contra el tabaco ya que, por aquel entonces, había que conseguir contrarrestar los mensajes de “glamour y normalidad” con que las compañías tabacaleras influían en millones de personas.
Dense cuenta de la enorme chorrada. Ahora mismo existe una campaña tremenda de compañías farmacéuticas, gobiernos y medios de comunicación, como ‘Inmundo’, para que todos nos inoculemos intentándonos convencer de que meternos un medicamento experimental en el cuerpo, convertirnos en conejillos de indias de esas compañías farmacéuticas, es lo más normal y tienen todo tipo de bondades.
Y se hace, además, censurando otro tipo de informaciones científicas sobre esas inoculaciones, persiguiendo a todo aquel que divulgue los efectos secundarios que provocan e incluso intentando matarle socialmente, a base de calificativos despectivos y lo comparan con el tabaco. Es decir, que las compañías tabacaleras hicieran campañas millonarias para que la gente fumase estaba mal, pero que lo hagan las farmacéuticas, está muy bien. Y además, censurando a todo aquel que “ose” tener una opinión discrepante.
Empezamos a ver ciertos síntomas que nos demostrarían que el asunto entre Rusia y Ucrania está comenzando a decaer, mediáticamente hablando, y se vuelve a la carga con las inoculaciones, ante el evidente fracaso de las famosas dosis de refuerzo y ante la clara intención de comenzar a inyectar la cuarta dosis.
Da igual que las evidencias del desastre que estas inoculaciones están provocando inunden los medios de comunicación. Da igual que, como veíamos ayer, estas inoculaciones hayan provocado, por ejemplo, un aumento terrible de muertes entre los niños recién nacidos en Escocia en sus cuatro primeras semanas de vida. Esta gentuza miserable sigue a lo suyo, como si la gente fuera imbécil. Personajes como esta Pilar Laguna, que firma el artículo, hacen lo que sea necesario para agradar al medio que le paga, aunque sea a base de poner en riesgo la salud de muchas personas.
Que nos demuestren tanto Inmundo, así como la autora del reportaje y los que pretenden realizar esta campaña en Estados Unidos, que mentimos en algo. Que nos demuestren, si tienen valor, que estamos equivocados y que no es verdad que las cifras de fallecimientos recogidos en el MoMo han aumentado. Que nos demuestren que las muertes repentinas en gente joven no han aumentado desde que comenzaron las inoculaciones.
Que nos lo demuestren, pero con datos reales, no con falsedades, como suelen hacer. No van a poder hacerlo porque, en cuanto nos pongamos a analizar estadísticas, sus argumentos se derrumbarán como un castillo de naipes. Por eso recurren a sandeces, como este artículo. Por eso recurren a argumentos falaces y a campañas ridículas cargadas de dinero, pero sin un solo argumento válido.
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