En una situación como la que estamos viviendo, con una corrupción sin precedentes, donde no estamos hablando de presunción, sino de imputados, incluso sentenciados, gente del entorno del mismo presidente, dos partidos con una corrupción enquistada, un gobierno que compra los medios para cerrarles la boca en un país donde se impone la censura, un gobierno que compra y manipula a la justicia, que roba y evade miles de millones mientras los servicios se van degradando y el ciudadano sigue asfixiado a impuestos, un país con una elevada tasa de paro y de abstentismo escolar, una desorbitada cantidad de funcionarios públicos y una inmigración descontrolada, y resulta que contamos con un personaje real que en teoría debería dar un puñetazo sobre la mesa, echarle cojones y decir: ¡BASTA!, y ni se le ve, ni se le espera.
El país entero se pregunta a qué está esperando Felipe para reaccionar, nadie entiende este abandono de España a su suerte y en manos de auténticos mafiosos.
Nunca he sido monárquico, entre otras cosas porque considero que ya que nos cuesta dinero a los ciudadanos mantener todo ese parípé, creo que por lo menos deberíamos tener la opción de decidir si queremos o no una monarquía como la que nos han impuesto.
Lo curioso es que por redes sociales aparece cada vez más gente que hasta ahora había defendido la casa real y se siente defraudada por esa inacción, igual esto nos sirve para iniciar un proceso que nos permita prescindir de ella.
Y no vamos a entrar a debatir sobre esos rumores de si la reina le pone los cuernos, o si él es homosexual, eso a pesar de ser personajes públicos formaría parte de su intimidad.
La pregunta es muy sencilla, y si alguien conoce la respuesta será bienvenida;
¿PARA QUÉ SIRVE EL REY?
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