Publicado por Joan Oller Fernández en fb.
(Traducido al castellano)
Habríamos esperado que las calles de Barcelona y los campus de nuestras universidades públicas estallaran de alegría, celebrando el fin de lo que ellos llamaban, con pancartas de odio como un “genocidio”.
Pero no. No hay música. No hay lágrimas de alivio. No hay fiestas por la paz. Solo silencio. Un silencio que habla.
¿Dónde están ahora los autoproclamados defensores de la vida? ¿Dónde están?
Quizás porque la paz nunca fue su lucha. Quizás porque su verdadera batalla no era salvar vidas, sino utilizar el dolor de otros como disfraz para atacar y deslegitimar al único Estado judío: Israel.
Convencido de que mucha gente lo ha sentido verdaderamente, pero políticamente se ha aprovechado gente sin escrúpulos en beneficio propio y del partido.
Se les ha terminado el relato...
Bienvenida la paz a esta guerra y ojalá a las que todavía, sin ningún poder mediático y político, siguen por el mundo.
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