No la escoria que tenemos en España.
Para quien no lo conozca, este señor es el presidente del pequeño país El Salvador, en América central. Hace tan solo cinco o seis años estaba considerado uno de los más peligrosos del mundo debido a los pandilleros que lo tenían bajo su control, dos grandes bandas criminales denominadas; "la Mara Salvatrucha" y "la Mara 18", o "la Mara de la calle 18" con un total de unos 70.000 delincuentes que; extorsionaban, robaban, violaban y asesinaban sin ningún tipo de escrúpulo haciéndolo merecedor de ese triste puesto en el ranking mundial.
Desde el primer día que fue elegido presidente por una amplia mayoría, se propuso contra viento y marea acabar con esa lacra que asolaba el país, estableció un estado de emergencia para poder sacar el ejército a la calle, inició una guerra sin cuartel, una cacería sin descanso con todas las fuerzas de seguridad en alerta hasta capturarlos a todos, creó una de las cárceles más grandes y seguras del mundo (Cecot), donde los ha confinado sin ningún tipo de privilegio.
Organismos internacionales lo han criticado por, según ellos, vulnerar los derechos humanos de los delincuentes, a lo que él siempre ha respondido que los derechos son para la gente honrada, no para quien asesina. Ha logrado tal limpieza que si quedaba alguno suelto ha tenido que huir del país, incluso alguno ha llegado a España, que por cierto, nuestro gobierno se ha negado a extraditar por lo mismo, por temor a que sus derechos fueran vulnerados, de manera que se ha protegido a uno o varios de ellos, asesinos que ahora andan sueltos por nuestro país.
Bien, pues a pesar de todos los obstáculos que se ha ido encontrando en el camino durante ese tiempo, se puede permitir el lujo y, con todo merecimiento, de mostrar al mundo que ha logrado un giro de 180º consiguiendo que actualmente sea uno de los más seguros del mundo y con mayor crecimiento de latinoamérica.
Sus peculiares discursos son adictivos y sorprenden por su naturalidad, su proximidad al pueblo y por cumplir aquello que promete, su otro objetivo, acabar con la corrupción, lo ha llevado a encarcelar a políticos incluso de su propio partido.
En los últimos comicios ha logrado resultados históricos, con más de un 80 % de apoyo popular, probablemente lo que muy pocos hayan conseguido en cualquier lugar del mundo.
Como la envidia suele ser la epidemia del siglo XXI, no le faltarán críticas, normalmente de políticos corruptos a quienes molesta que la sociedad pueda comprobar que hay otra forma de gobernar un país que no sea robando, pero la realidad está en los comentarios de los salvadoreños a pie de calle, que tras décadas se oscuridad, se pueden permitir lo que nosotros podíamos disfrutar hace cincuenta años; salir a la calle dejando las llaves de casa puestas en la cerradura, o salir a cualquier hora y por cualquier lugar sin temor a ser asaltado.
Este ejemplo a seguir se llama Nayib Bukele. Felicitaciones para él y para todos los salvadoreños, sois el ejemplo a seguir.
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