Pablo Bañuelos es un ingeniero informático de 33 años que ha desarrollado el sitio Falcon Despega, en el que monitoriza –al igual que en Twitter– todos los vuelos que realizan estas aeronaves del Estado. Bañuelos no tiene un interés político ni económico, sino que quería mejorar sus conocimientos de desarrollo web y crear un portal de transparencia debido a la opacidad del Gobierno. La idea le llegó a raíz de la cuenta @ElonJet, que registraba en Twitter, hasta que se suspendió, los viajes que hacía en su avión privado Elon Musk, el dueño de la red social del pájaro azul. Gracias al joven ingeniero los periodistas y los ciudadanos interesados pueden saber si los miembros del Ejecutivo de Pedro Sánchez emplean el mediático Falcon.
–¿Qué le llevó a montar el portal de Falcon Despega?
–Estoy especializado en ciberseguridad. La informática tiene muchas ramas, y la ciberseguridad es una de ellas. Yo quería mejorar un poco mis habilidades en desarrollo web, y esa es mi principal motivación. Una vez que tenía claro que quería mejorar mis conocimientos, un día estaba hablando con un amigo, periodista, y comentamos la noticia del jet de Elon Musk en la que un chico hacía seguimiento del avión. Entonces me planteé si era posible trasladar eso a la flota de las aeronaves que utiliza el Gobierno. De esta manera mejoraba mis habilidades en desarrollo web y hacía algo útil, que no existía hasta ahora; un portal de transparencia del uso de las naves.
¿Técnicamente, cómo se registran los vuelos en la web?
–Hay un proyecto enorme a nivel global que se llama ADS-B Exchange, en el que personas particulares de alrededor del mundo pueden instalarse en su casa antenas que captan las señales que emiten los aviones. Esa información está centralizada por un grupo de expertos. Cuando una antena recoge la comunicación que va emitiendo el propio avión a través del transpondedor –que es la localización, velocidad, altura y muchos más datos– los expertos se encargan de organizarlo y volcarlo todo dentro de un mismo registro. Por lo tanto, en esa página se pueden consultar todos los vuelos alrededor del mundo sin censura, y eso es lo que utilizo yo como fuente de datos.
Se establecen impuestos y restricciones a coches por el tema del CO2 y al final con un vuelo de Falcon o de Airbus se está contaminando más
–¿Cómo distingue los vuelos de los Falcon y aviones del Estado?
–La página dice qué tipo de aviones son, pero no a quién pertenecen. Al final cada avión tiene un identificador único que es el que hay que conocer para para poder localizar el avión que tú quieres. Los identificadores únicos de los Falcon son de información pública. Entonces yo busqué ese identificador único en ADS-B Exchange y así es como sé inequívocamente qué aeronaves son los Falcon.
–¿De qué manera se consigue saber quién va en cada vuelo?
–Es un cruce de datos final porque las agendas del Gobierno y de la Casa Real son públicas. Una vez despega el avión, se hace una comprobación antes de aterrizar de si ese destino está registrado como un destino por alguna de las entidades o personalidades del Gobierno o de la Casa Real. En caso de que sí, se añade la información de la persona que está a bordo. Por lo tanto, tienen que cuadrar dos cosas; las horas, que el vuelo sea previo al evento o cita que tenga esa persona, y que también coincida el destino.
–Con todo ello, ¿hay algún tipo de margen de error?
–En cuanto a los vuelos no, porque los vuelos son los que son. E intento hacer una diferenciación bastante clara del uso. Sí que es cierto que no todos los vuelos pertenecen a un solo colectivo, porque por ejemplo hay muchos vuelos militares también, y yo al final registro todos.
Respecto a quién va dentro, el cruce de datos puede que no sea perfecto y se cuele alguien que en realidad no iba en esa aeronave. Pero realmente es difícil que pase eso porque no hay tantas personas que vuelen en los Falcon y que vayan al mismo sitio y que sea justo a la misma hora.
Mucha gente me ha escrito, sobre todo aficionados a la aeronavegación desde un punto de vista militar, que simplemente les gusta entrar en la página y ver los vuelos del Ejército
–¿Qué es lo que más le ha sorprendido desde que comenzó Falcon Despega?
–Quizás que la mayoría de la gente que utiliza los Falcon son ministros, no es ni siquiera el propio presidente. El presidente obviamente también los utiliza, pero la mayoría del uso que hace el Gobierno es por parte de los ministros.
Además, hace unos meses vi que había unos vuelos ‘extras’ a Marruecos, que es un poco lo que se ha hecho famoso. Hubo un medio que se encargó de cotejar todos los vuelos que hay en mi web con las agendas oficiales y vieron que había dos o tres que no tenían aparentemente ningún tipo de justificación. Para mí eso es llamativo, pero bueno, sin más.
–¿Por qué recoge también el gasto en combustible y de CO2 que generan estas aeronaves?
–El gasto de combustible es un dato más secundario. A mí realmente el que más me interesa es el de CO2, porque se hace mucha campaña y una gran inversión en el tema del cambio climático y de contaminación en grandes ciudades. Es decir, se establecen impuestos y restricciones a coches por el tema del CO2; o se suben impuestos a determinados plásticos; y al final con un vuelo de Falcon o de Airbus se está contaminando más que lo que se pretende evitar con pequeñas medidas. Hay decisiones que se podrían tomar que comulgarían mucho más con lo que se predica que las restricciones que luego se implantan a la gente.
–En la web también se pueden realizar donaciones. ¿Es su manera de mantener la plataforma? ¿Gana dinero con ello?
–Alguna donación he recibido, pero si soy sincero, muy poco. A veces la web se colapsa, sobre todo si hay muchos visitantes al mismo tiempo. Lo que yo recojo no es suficiente como para sufragar los gastos de llevar la infraestructura con algo más estable. Hablando en plata, la página está montada sobre un miniordenador con una conexión casera que se satura. Mi filosofía es mantenerme en un balance neutro en cuanto a lo que invierto en este proyecto. Lo máximo que ha invertido ha sido mi tiempo, pero a nivel económico no me ha supuesto ninguna pérdida.
–Respecto al tiempo, ¿el portal está automatizado o cuándo despega o aterriza un avión tiene que añadirlo manualmente?
–Ese proceso es automático. De hecho, hay varias ventajas de consultarlo a través de mi web en vez de en el origen de los datos que utilizo yo, porque ADS-B Exchange no hace diferenciación del país o del gasto de combustible. O sea, el dato realmente que yo recojo es un dato en crudo que dice: ‘esta aeronave, con este identificador ha despegado de estas coordenadas a estas latitudes y longitudes’. Luego el mensaje que llega es una continuación de eso, donde van dando longitudes y latitudes con un tiempo. El mensaje en mi página queda más claro en cuanto a los vuelos.
–Feijóo se ha comprometido a no ir a mítines en Falcón. Si hay un cambio de Gobierno, ¿va a seguir empleando la plataforma?
–Sí. Además, tengo pensado implementar algunos cambios que me va a tocar desarrollar un poco.
Quiero añadir un gráfico que desglose la legislatura en la que se ha efectuado ese vuelo. Tengo la intención de filtrar por uso para que sea más exacto ya que los totales que se dan en la página incluyen todo, y quiero desglosar lo utilizado por parte del Gobierno, el Ejército y Casa Real. En definitiva, que todo quede bastante más detallado y sesgado porque es algo que ofrezco de forma voluntaria y desinteresada y si hubiera un cambio de gobierno haría lo mismo. No es algo personal contra el Gobierno actual.
–¿Qué repercusión, de todo tipo, está recibiendo desde que creó la página?
–Es cierto que lo hice un poco por la fama que tenían los Falcon en ese momento, hace un año, pero no deja de ser una auditoría sobre un recurso del Estado. También es una forma de transparencia. Mucha gente me ha escrito, sobre todo aficionados a la aeronavegación desde un punto de vista militar, que simplemente les gusta entrar en la página y ver los vuelos del Ejército.
Sin embargo, lo que más me ha llegado son mensajes particulares. En la página tengo un formulario de contacto y muchas veces me llegan mensajes de gente que me dice: '¡muchas gracias por el proyecto!'. Y yo se lo agradezco.
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