La verdad es que tras la huelga de transporte que se produjo el pasado mes de marzo, muchos nos preguntábamos sobre cómo era posible que se hubiera desconvocado, sobre todo teniendo en cuenta que los precios del combustible se dispararon en los siguientes meses.
Es cierto, y lo entendemos perfectamente, que muchos de los transportistas son autónomos y necesitan trabajar, pero con los precios del gasoil nos daba la sensación que pocos beneficios podrían conseguir con su trabajo. Confiaron en el gobierno, creyeron que con la la ley del Transporte que les ofrecía este falsario gobierno se iba a solucionar todo y meses más tarde han tenido que volver a recurrir a la huelga ante el incumplimiento de esa ley. Nada nuevo bajo el sol.
Tras una reunión de cinco horas celebrada ayer sábado, la Asociación Plataforma para la Defensa del Transporte ha vuelto a convocar una huelga nacional e indefinida. Piden marcar los costes de trabajo y no solo que lo hagan los cargadores. También piden no verse obligados a descargar la mercancía en destino. Piden al Gobierno que estas mejoras, que se encuentran en la Ley de Transporte, se cumplan y que, para ello, que se manden inspectores a las empresas para fiscalizar el trabajo.
Aseguran que siguen asfixiados por los precios, sobre todo del combustible.
Pero no son solo los precios del combustible lo que suponemos que sufrirán. Son absolutamente todos los precios, además de otras peticiones laborales, porque ha sido todo lo que ha subido de precio tanto para ellos, como para el resto de los españoles.
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