domingo, 11 de septiembre de 2022

LA REINA MASONA Y EL REY COMPRESA


Como era previsible, tras el fallecimiento de la más importante figura masona del mundo, la enemiga ancestral de la Hispanidad, la ladrona de las Islas Malvinas a Argentina y la prolongadora de la única colonia dentro de Europa, en España, donde atracan submarinos nucleares y contaminan buques sin que ni Cádiz, ni Andalucía ni el gobierno central digan ni pío, Gibraltar, asistimos a una vergonzosa campaña de culto anglófilo por parte de todos los medios de comunicación globalistas españoles. Los mismos que denostan a nuestra Casa Real, veneran a la del país que más nos odia desde hace siglos.

¿Por qué los españoles e hispanos debemos aguantar decenas de reportajes chupándole el hojaldre a la cultura británica?

Muy sencillo, esa señora era masona, esa señora formaba parte del globalismo que quiere sojuzgar a la humanidad.

Los británicos son expertos en hacerse publicidad a sí mismos incluso en las peores circunstancias, mientras los hispanos lo somos en auto criticarnos delante de todos. Mala mezcla. Esa señora, a la que solo Dios puede juzgar como persona, era monarca de 24 países, gran parte de ellos paraísos fiscales, incluida la City de Londres, donde mora todo el dinero negro y sucio del planeta Tierra. Todo el capital de asesinos, corruptos, negocios sucios, tiranos y dictadores esta bien guardado por su Graciosa Majestad. Era la reina de Australia, Canadá y 22 neocolonias que ellos llaman “overseas territories”, y luego los conquistadores malos somos los españoles, que no tenemos ni un metro cuadrado en ninguna parte.

Además era la primera figura de su religión anglicana, fundada por un señor que mataba a sus esposas porque no le daban un hijo, y cuando la autoridad católica le dijo que eso no estaba bien, decidió fundar su propia religión... y ahí siguen. ¿Y nadie habla de todo esto?

Todo es pompa y circunstancia, imágenes de boato, todo preciosísimo ¡coño, si es que hasta son feos con ganas!

Tan dura era esta señora, tan distante y fría, que sus propios hijos debían pedirle audiencia a través del personal, y no podían llamarle Mamá sino “señora” o “majestad”; incluso impidió toda su vida que su fallecido marido Felipe fuera Rey Consorte. No soportaba que nadie le hiciera sombra, por eso a Lady Di, que lo hizo, le fue tan mal. Una persona siniestra de actuaciones fecales constantes que es blanqueada por el periodismo español en bloque.

Eran los Battenberg de Hannover, de origen alemán, cambiaron su nombre tras la II Guerra Mundial para no parecer nazis, Felipe de Edimburgo fue acusado de serlo. Hasta eso es mentira en ellos.

Su hijo favorito, Andrés, el machote que pilotaba aviones, está implicado en las perversiones de Epstein; para evitar que el escándalo creciera, esta señora pagó diez millones de libras. Tapar que tu hijo probablemente se acostó con mejores sale caro. Todo muy noble. Esta es la señora que están homenajeando hasta la náusea los babosos periodistas que odian a su propio país.

El próximo rey, el Rey Compresa según sus propias la palabras - le escribió a su amante Camilla Parker Bowles un mensaje que se hizo público diciendo “me gustaría ser tu compresa para estar tan cerca de ti” es el elegido por el NOM para unirse a la Agenda Satánica 2030 ¿quién se cree que cambien de Primer Ministro y muera la reina en pocos días?

Este miserable, no lo duden, hará una visita a Gibraltar para insultarnos en cuanto sea coronado. Esa roca robada del sagrado territorio español desde la cual hacen negocios sucios, esconden dinero negro y se ríen de nosotros ante la pasividad de los sucesivos gobiernos filomasones de "Expaña", esa antaño gran nación.

Son okupas, son piratas, son ladrones y son asesinos institucionales que lo arreglan todo rodando películas de James Bond, el Rey Arturo, Sherlock Holmes o The Crown, en las cuales blanquean su imagen y donde ellos son siempre los buenos.

Mientras, en el Reino de España, el cine dominado por el globalismo, cada vez que toca un mito hispano lo destroza mostrándolo cutre, sucio y malvado.

Fernando López Mirones

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