miércoles, 28 de septiembre de 2022

"EL GRAN REINICIO": LAS GRANDES AUSENCIAS DEL DOCUMENTAL

 Las Grandes Ausencias del documental 

The Big Reset Movie 

por Carme Jiménez Huertas y Alicia Ninou

Cuando vimos por primera vez el documental The Big Reset Movie, nos produjo una desconcertante reacción de desagrado. Hubiéramos olvidado esa sensación, aparcando el asunto, si no fuera porque empezamos a recibir el enlace al vídeo a través de amigos y contactos de los que considerábamos despiertos. ¿Cómo era posible que los que se autoproclaman disidentes se lo hubieran creído? Bueno, no se puede decir que lo que en él se plantea sea falso, todo lo contrario.

Lo que sucede es que han apostado por sólo una parte de la realidad y faltan partes importantísimas de la verdad. Hay Ausencias en mayúsculas que no son casualidad. Y conviene preguntarse por qué. De hecho, habíamos visto fragmentos de las entrevistas –utilizados en la etapa de promoción del entonces futuro documental– que parece que han sido recortados como si se hubiera descafeinado la denuncia y como si todo el documental hubiera sido ponderado y repensado. También nos dimos cuenta de que el documental no estaba dirigido al público en general, sino específicamente a la disidencia. El objetivo era inocular un determinado primado negativo entre los supervivientes de la guerra psicológica aplicada de modo despiadado durante dos años. La agenda sigue en marcha. Por eso es tan importante desmembrar a la resistencia con un documental que acabaría provocando un conflicto entre la disidencia. ¡Cuidado! ¡Van a por nosotros! ¡Quieren enfrentarnos! Esa constatación nos animó a escribir este artículo con algunas consideraciones. Por favor: dejad de reenviar el enlace al documental. En estos momentos, difundirlo es servir al enemigo. Vamos a intentar explicar por qué.

Lo primero que llama la atención es el título. El documental se llama casi igual que el libro de Klaus Schwab, Covid-19: The Great Reset. Han cambiado “Great” por “Big”, quizá porque en español el libro se tradujo como El Gran Reinicio, y para los hispanoparlantes el adjetivo “gran/grande” se traduce habitualmente al inglés como “big” cuando se refiere a algo grande en tamaño. No obstante, en inglés la palabra “great” tiene también una significación de grande en importancia, cualidad o grado, dándole un aire con connotaciones positivas. Habría sido de esperar que un documental de denuncia como supuestamente era este, hubiera apostado por un título algo provocador, del estilo “Desmontando el Gran Reinicio”. ¿Por qué no lo han hecho? Creo que la respuesta es evidente: se buscaba, ante todo, la relación directa con el libro de Schwab. Así que el documental se convierte en propaganda de un libro en el que se explican y explicitan los objetivos del Foro Económico Mundial para crear “su” Nuevo Orden Mundial (NOM). En este sentido, un título más apropiado para el documental habría sido: El Gran Reinicio explicado para disidentes, es decir, cómo hacer llegar a los disidentes la agenda del NOM, pero no para que sepan cómo se ha perpetrado el gran engaño del Covid-19 (eso todos los disidentes lo saben, ¡no son tan ilusos!) sino cual es la hoja de ruta del NOM para advertirles, a través del miedo y del primado negativo con imágenes subliminales que analizaremos enseguida que, aunque en el plan puedan existir fisuras, no hay alternativa posible a la agenda del NOM.

Con este objetivo en mente, la primera media hora del documental cuenta la verdad y discurre de un modo impecable. Se muestran paralelismos con el caso de la Gripe A, declarada pandemia por la OMS y se afirma, sin tapujos, la presión y corruptelas que las farmacéuticas aplican sobre gobiernos e instituciones. Se insiste mucho en el error de contabilizar los positivos de las pruebas PCR. Necesitan dejar claro que los test PCR sobre los que se montó todo el circo de medidas coercitivas de la pandemia no eran, ni son, ni serán jamás un método de diagnóstico fiable. Dedica a las pruebas PCR unos 22 minutos (desde el minuto 13 al 35). Mientras, se nos han ido presentando a los malos de la película. Son sólo tres personas:
  • Bill Gates, filántropo, creador de la Fundación Bill y Melinda Gates y principal inversor de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
  • Christian Drosten, promotor de la PCR para el diagnóstico del SARS-CoV-2 (financiado por la Fund. Gates) 
  • Neil Ferguson, epidemiólogo y matemático (financiado por la Fund. Gates) que levantó la alarma de la gripe A (2009) declarada pandemia por la OMS y creador del método predictivo matemático utilizado para declarar, en el 2020, el estado de alarma y el confinamiento. 
Algunas de las imágenes y declaraciones de esos malos se repiten hasta tres veces. 

¿Pretenden hacernos creer que esas personas, financiadas por el loco Guillermo Puertas (¡todos los caminos llevan a Bill Gates!), han sido suficientes para acabar con los librepensadores de todo el mundo? ¿Han sido, y son, tan poderosos que han doblegado hasta hincar de rodillas a todos los gobiernos y corromper a todos los estamentos públicos y privados, banqueros, medios de comunicación, médicos, científicos, jueces, policías, militares, educadores, sanitarios, investigadores y un larguísimo etcétera?

Evidentemente, no. Ellos han sido los títeres para lograr confinar a la población en espera de una vacuna. Esta es una Verdad en mayúscula. En el minuto 40 entramos en el importantísimo tema del lavado de cerebro que acompañó a la operación confinamiento. En letras amarillas y blancas sobre fondo negro, se nos muestran los eslóganes lapidarios del Gobierno. Todos somos conscientes de cómo los Estados utilizaron el terror y el chantaje emocional: estaban preparando el terreno. El documental habla de mascarillas, de las comisiones percibidas por enfermos y defunciones hospitalarias, el error en los tratamientos, la manipulación de estadísticas, la aplicación de protocolos aberrantes y de las causas del aumento de la mortandad en marzo 2020. Hasta aquí, todo lo expuesto son hechos verificables. El documental es muy crítico con la gestión llevada a cabo. Excelente.

En el minuto 52 el documental da un nuevo giro: muertes entre las personas ya vacunadas. De pronto, con la campaña de vacunación en marcha, los entrevistados se declaran defensores de la efectividad de las vacunas, en general, como prevención en la transmisión de enfermedades. Se ha producido un cambio de rumbo. Todos los entrevistados insisten en que las mal llamadas vacunas Covid no son vacunas sino medicamentos de terapia génica, inyecciones de ARN, terapias experimentales para crear organismos transgénicos. Es cierto, no eran vacunas. Pero entonces, ¿cuál es la Ausencia?

Hay dos detalles que no podemos pasar por alto. Por un lado, no se cuestiona la efectividad de la vacunación. Esta es la primera Gran Ausencia. Por otro, se pone el foco en la manipulación genética y, a partir de aquí, el documental avanzará en ese rumbo.

Vamos a intentar explicar por qué ese cambio es importante. Con esta maniobra de distracción, no se cuestiona el sistema sanitario actual basado en la teoría de la infección y de los contagios a través de virus a la vez que se defiende (llamándola “prevención”) la efectividad de las vacunas. Esta es una Ausencia intencionada, sin ninguna duda. Porque “esa ausencia” (= mentira) resulta imprescindible para que la agenda del NOM pueda seguir adelante. Necesitan que la gente crea en las vacunas. Porque ya tienen preparada la siguiente “plandemia”. Recordad que el malo malísimo Bill Gates quiere reducir a la mitad la población mundial. En el 2019, se realizó el evento 20-1 como preparación estratégica de la pandemia. La ingeniería social se puso en marcha. Los políticos habían sido instruidos. Los medios de comunicación debían hacer su parte censurando toda la información no oficial. ¡Ya conocéis el resto de la historia! 

La intensidad del documental va in crescendo. Aparece el rostro de Klaus Schwab mientras la voz en off va relatando que la dictadura sanitaria ha sido el medio de impulsar el gran reinicio. Se nos cuenta que con el ID-20-20 quieren imponer el modelo chino de dictadura digital. Estamos llegando a un punto de máxima tensión: Klaus Schwab, el ideólogo del Foro Económico Mundial, nos anuncia la fusión de las identidades físicas, digitales y biológicas. ¿Y cómo lo van a lograr? Incorporando sustancias en las vacunas.

¡Cuidado! La cuerda está tan tensa que empieza a rechinar. ¿Os habéis dado cuenta del salto? ¡Aquí ya no hay hechos! ¡Todo es pura especulación! Hemos entrado en el mundo de la ficción y sigue subiendo el tono. ¿Qué se pretende con tantas y tan alarmistas noticias? Informarnos de la Agenda del NOM. El documental introduce todo el tiempo mensajes de terror a través de un sutil primado negativo encriptado en los contenidos lingüísticos, tanto en imágenes como en mensajes.

Veamos primero las imágenes. A lo largo del documental se muestran imágenes con un significado antagónico con el aparente hilo narrativo del documental. Hay una disonancia cognitiva intencionada entre el mensaje supuestamente de denuncia (posibles efectos secundarios, transformación del ARN en ADN, manipulación con las sucesivas variantes, introducción de sustancias en los viales…), que nos llega a través del hemisferio cerebral izquierdo, mientras, a través del hemisferio cerebral derecho, vemos imágenes que nos dan un mensaje distinto. Esas imágenes actúan como una orden subliminal que nos llega a nivel inconsciente (por lo que es mucho más eficaz, simplemente porque el mensaje visual siempre entra a un nivel más profundo que el auditivo), órdenes que, además, no podemos razonar. Seguro que muchos de vosotros cuando leáis lo que sigue a continuación, os sorprenderéis, porque ni siquiera os habíais dado cuenta. Hay más, pero para no extendernos demasiado, vamos a centrarnos en dos ejemplos:

Inyecciones. Hay 17 imágenes con un brazo en el momento de aplicar la aguja de una inyección. Alrededor del minuto 55 hay varias casi seguidas. A partir de la hora y diez, hay una imagen cada dos minutos, a veces una cada minuto. ¿Es realmente necesario poner tantas imágenes de pinchazos? Parece que sí. Equivaldrían al conocido experimento efectuado introduciendo la imagen de una botella de Coca-Cola en una película de cine, lacual tenía el poder de evocar la bebida y ordenar al inconsciente “Bebe Coca-Cola”. Estas imágenes dan la orden “vacúnate”.

Letreros. En varias ocasiones se muestran unos letreros con textos que giran de un modo acelerado bastante desagradable. Son los postulados del NOM, escritos con letras blancas sobre fondo negro. La primera vez aparece solo el término RE:SET y se repite cinco veces en pocos minutos. La primera serie larga y mareante sucede en el minuto 11. Leemos: RE:SET, RE:IMAGINE, RE:THINK, RE:INVENT, RE:DESIGN, RE:VIVE, RE:CREATE, RE:FORM, RE:DESIGN, RE:BALANCE, RE:VIVE (curiosamente en el minute 11:11 REVIVE que significa “resucitar”), RE:PRESENT, RE:FORM, RE:DESIGN, RE:BALANCE, RE:SET. Vuelve a aparecer un RE:SET en el minuto 1:12:21. Los siguientes son RE:IMAGINE, RE:THINK y RE:INVENT entre los minutos 1:32:49 y 1:40:59. La segunda serie larga empieza a las 2 horas y siete minutos con un RE:SET y se acelera entre los minutos 2:08:04 y 2:08:36 con una serie larga completa que vuelve a repetir todos los letreros. El efecto es claramente hipnótico, se suceden con tanta rapidez que no podemos leerlos con la mirada, pero nuestro cerebro sí puede leerlos. Eso es lo que hace la hipnosis: introducir información por debajo de la información consciente. El último RE:SET aparece después de la cita final en el minuto 2:14:01 y sustituye al esperado y más común The End. Aquí no hay un FIN. ¡Aquí hay Reinicio!

Vamos ahora a los mensajes auditivos y al lenguaje verbal. Como ya hemos expuesto, el hilo conductor es que las mal llamadas vacunas Covid no son vacunas, y que las vacunas son buenas. De nuevo el relato apunta en la dirección del transhumanismo. El montaje de la pandemia fue para justificar la instalación de cámaras para identificación biométrica digital así como de antenas para procesar los Big-Data. El paso siguiente ha sido la obligatoriedad de un pasaporte de control para la implantación de una dictadura digital. A continuación, van a provocar un reseteo económico. Y lo más aterrador, se nos vende como “natural” la idea de mejorar el ADN humano preparando la fusión de lo físico, lo biológico y lo digital para alcanzar el transhumanismo.

¡Es escalofriante! Los planes del NOM se dan por hechos. ¿Cómo logran “convencernos”? Fijaos en cómo se utiliza el lenguaje en toda esta parte del documental. Los verbos se conjugan (siempre) en modo indicativo. No se utiliza el subjuntivo (sujeto a probabilidad, pero siempre irreal), ni el condicional (sujeto a condiciones), ni el futuro (como algo posible, en un futuro). Se utiliza, con toda intención, el modo indicativo, cuyo significado es describir (indicar) lo que es real, presente y verdadero. No nos están contando algo hipotético: lo dan por hecho. Utilizan tiempos verbales perfectivos cuando deberían utilizar tiempos imperfectivos. Algunos ejemplos de frases que dan por hecho lo que por ahora solamente es “su” plan: Han puesto en marcha el gran reseteo (2:07); se dará vía libre a un pasaporte obligatorio de vacunación mundial (2:09); estamos a muy pocas fases de una dictadura global, planetaria y hay que aceptar la realidad (2:09).

¿Qué pretenden vendernos? No solo que es imposible frenar los planes del NOM, sino también otras cuestiones científicas, mucho más graves, como la aceptación de que el ADN humano pueda ser programado. Frases como: El ADN es altamente programable, ¡dicha por un informático de Microsoft! (en el minuto 1:59) o Una inyección que además de modificar el ADN tiene otros fines (2:03), son afirmaciones tremendamente peligrosas sin ningún ropaje científico. ¿Por qué peligrosas? Porque su trasfondo puede ser perfectamente Carme Jiménez Huertas y Alicia Ninou Oliveras 5/8 “programar” nuestra mente para que “nos creamos” que el ADN celular es programable, y que ellos tienen la capacidad de hacerlo. Nos remitimos a esta cita del médico Patrick Quanten. Leedla con atención:
  • «Cualquier cambio en la biología de un organismo viene dado por una interacción entre la información del entorno y la reacción de ese organismo –de manera individual– a esa información. Por lo tanto, el efecto final dentro de cualquier organismo es siempre una manifestación del propio organismo, instigado por la información del entorno. Así que la conclusión es que no puede producirse ningún cambio en ningún organismo que él mismo no haya creado. Por tanto, la vacuna no puede alterar el ADN celular. Aunque, debo añadir ahora, que el ADN de las células sí que puede ser alterado. Pero no a través de medios físicos, como pueda ser inyectando una estructura proteínica en el organismo. Como toda alteración la hace el propio organismo, el estado mental del individuo es lo que determina su estructura física y su función. Así que es la narrativa lo que alterará la mente de las personas, y esta, a su vez, podrá alterar su ADN. En definitiva, es la propaganda mediática la que altera nuestro ADN, pero solo si permitimos que gobierne nuestra mente. En cualquier caso, utilizar el término “transgénico” en relación con el ser humano no tiene ningún sentido, ya que por ahora ¡nadie ha desarrollado ninguna técnica para incorporar un trozo de ADN artificial en cada una de las células de todo el cuerpo humano! Introducir el mismo trozo artificial en 70 billones de células a la vez no es algo a lo que la ciencia se haya acercado, ni mucho menos. Por eso lo están haciendo “a la manera fácil”, o sea, a través de un proceso de cambio de la mente, o programación mental.»1
1 Fragmento del libro: Tu salud en tus manos. Cómo estar sano a pesar de la «ciencia médica», de Patrick Quanten y Alicia Ninou. Capítulo 6. Vacunas: un medio para conseguir un fin.

¡Así podría darse la paradoja de que la única manera de poder modificar nuestro ADN fuera, precisamente, que nosotros creyéramos que pueden hacerlo! ¿Os dais cuenta?

Además de los ya mencionados, hay otros contenidos controvertidos. ¿Es verdad que en Canadá se han regalado helados a los niños vacunándolos sin la autorización de sus padres? A pesar de que en un documental tan largo cada segundo es importante, la imagen con el anuncio «helados gratis para niños que se vacunen sin el consentimiento de sus padres» se repite en dos ocasiones, sin duda para sacarle jugo y provocar la indignación visceral del espectador. Pero, ¿dónde y cuándo ha sucedido? ¿Cuántos niños han sido vacunados con tal artimaña? La noticia está descontextualizada. No sabemos si es verdad. ¿Alguien ha visto los campos de aislamiento (1:11, a la hora y once minutos exactamente) para no vacunados en Australia? La imagen de las enfermeras con los brazos en jarras es patética. Tampoco sabemos si existe el centro de cuarentena Covid-19 en Howard Springs, Australia (2:12, dos horas y doce minutos). ¿Os parece que el paralelismo entre el exterminio de los judíos, mostrando imágenes de los campos de concentración, y la pandemia es adecuado? ¿Por qué se dedica tanto rato a Israel? Yuval Noah Harari, autor del horripilante libro Sapiens, también es judío. ¿Y qué sucede con los más de 40 minutosen los que, literalmente, se nos acongoja con una retahíla de informaciones que pintan un futuro desolador e inhumano? Desde los códigos MAC, las fibras de colores, el grafeno, los objetos que presuntamente son nanosensores introducidos en las vacunas… ¿Quién los ha visto? ¿Dónde están los estudios pertinentes que lo demuestran?

Esta es la segunda grandísima Ausencia: la información utilizada en el documental no está avalada por estudios serios de base rigurosa y científica, que los hay, sino que procede de fuentes poco serias, mayormente de redes sociales, titulares que se han “copiado y pegado” de Internet. ¡Qué barbaridad!

No vamos a entretenernos en relacionar todos los estudios serios publicados por médicos y sanitarios que El investigador no parece haber leído. No es nuestro tema. Además, hay un artículo, que suscribimos: ¿THE BIG RESET? ANÁLISIS CRÍTICO DE CHARO GARCÍA BLANCA en el que se detallan todas esas Ausencias y el cual os invitamos a leer.

Tercera Ausencia. No se descarta el “virus Sars-Cov 2” como causante de la pandemia, o sea que se reconoce que El Covid ha sido una pandemia real. Así se indica en el minuto 50:53: Sí, hubo una primera ola real. ¿Hubo una primera ola real? Aquí se genera la GRAN CONTRADICCIÓN del documental entre lo que va diciendo la voz conductora con lo que van diciendo los entrevistados. ¿Y qué van diciendo?:

¿Qué probabilidades hay de que sea una coincidencia que se celebre el evento 20-1, y al mes, aparezca una pandemia? No hay ninguna. Hay planificación estratégica. Cristina Martin (1:03)

Todo estaba preparado de antemano para provocar esta pandemia. Pierre Jovanovic (1:03)

Ha sido un experimento psicológico para movilizar a las masas. Alfonso Longo (1:05)

Esta contradicción es constante durante todo el documental, llegando al punto de confusión para el espectador que sigue sin estar seguro de la narrativa del documental: ¿ha habido pandemia o todo ha sido un teatro? Si todo ha sido planificado y calculado para iniciar el gran reseteo y llevarnos a la digitalización y el transhumanismo, ¿cómo ha podido coincidir en el tiempo con la expansión de un virus real por todo el planeta? ¿Acaso los virus avisan cuando están preparando una pandemia? ¿Alguien tiene quizás línea directa con los virus y les ha pedido ese favor? ¿O acaso tenían todo el experimento preparado a la espera que algún día llegara un virus que les echara un cable? En todo caso, está claro que las dos cosas a la vez no han podido ser. O ha habido planificación (y por tanto, engaño) o ha habido una pandemia real (gestionada de la peor manera posible). Pensad en ello. A buen entendedor, pocas palabras bastan.

Cuarta Ausencia. No sabemos exactamente quién hay detrás del documental. Sí, hay unos entrevistados, la mayoría caras populares durante el fenómeno Covid, pero no se sabe quién ha escrito el guión (solo se menciona que está inspirado en el libro La verdad de la pandemia, de Cristina Martín). Tampoco sabemos quién lo ha dirigido. De hecho, no aparece el nombre de un solo profesional que haya trabajado en el documental, lo cual no es demasiado habitual. Esto no es malo en sí mismo, pero sí conduce a sospechas, y más teniendo en cuenta que se trata de una película de corte impecable, a nivel de filmación, sonido, fotografía, edición, postproducción, 3D, subtitulación a otros idiomas, ambien- Carme Jiménez Huertas y Alicia Ninou Oliveras 7/8 tación musical (con los correspondientes derechos), etc., por no hablar de las campañas de promoción y marketing pre y post estreno, o del alquiler de salas para los pases, o de los viajes del intrépido W. Todo eso nos lleva a un suculento presupuesto. ¿Imposible? Ciertamente, no. ¿Criticable? No. Pero sospechoso, sí. El crowfonding llevado a cabo para la filmación recaudó 63.479€. ¿Suficiente para realizar esta película? Que juzguen los que puedan hacerlo.

Quinta Ausencia. Otra gran ausencia son algunos de los futuros entrevistados que se anunciaron en la campaña de crowfonding y que, posteriormente, no han aparecido en el documental. ¿Señuelos o cambio de planes? No es demasiado ético anunciar la presencia de entrevistados que luego no van a aparecer, y menos cuando estás recogiendo dinero en función de esos supuestos participantes. Podrían darse multitud de explicaciones para que no apareciera alguno, ¿pero tantos? Veamos algunos de los nombres anunciados: José Antonio Campoy, Dr. Angel Ruiz Valdepeñas, José Ortega, María José Martínez Albarracín, Natalia Prego, Robert F. Kennedy Jr. y Ion Ioannidis. Hemos contactado con algunos de ellos (Jose Ortega –abogado–, M. José Martínez Albarracín –catedrática de Procesos Diagnósticos Clínicos y profesora de Bioquímica e Inmunología– y Antonio Campoy – director de la revista DSalud–) y nos consta que sí fueron entrevistados. No solo no han sido incluidos en el documental, sino que ni siquiera son mencionados ni se les agradece su participación. Al mismo tiempo, aparecen muchos otros que no se habían anunciado. ¿Es esto malo? No, lo único es que no sabemos quién ha hecho esa selección final y por qué hay entrevistados que no han aparecido.

Pero hay muchas más Ausencias. La sexta Ausencia es la nula mención a las antenas 5G y a las frecuencias electromagnéticas. Se ignoran las opiniones de expertos como el doctor en física y química Birame Boye, alertando de los peligros de las radiaciones electromagnéticas; los estudios realizados por médicos del Hospital de Barbastro; el estudio del biólogo Bartomeu Payeras en el que analiza la presencia de antenas y la incidencia de casos Covid en la ciudad de Barcelona; el Dr. Stefan Lanka, que no sólo cuestiona la existencia del virus del Sars-Cov-2, sino la probable falsedad del aislamiento de todos los virus y de la virología en sí misma.

Séptima Ausencia: constatamos con incredulidad que nadie mira al cielo. ¿Es posible que El Investigador no haya oído hablar de la toxicidad ni de las fumigaciones, indisolublemente relacionadas con el aumento de problemas de salud? ¿Por qué creéis que no se habla de causas que tenemos diariamente sobre nuestras cabezas? ¿Y qué sucede con los militares? Esta es la octava Ausencia: el documental también calla esta Verdad: los militares están detrás de todo esto, quedó claro en las primeras ruedas de prensa durante la pandemia, presentes con sus uniformes y condecoraciones, son los responsables del montaje de seguimiento y control digital, son los que dan las órdenes a los aviones y los que manejan las armas biológicas. ¡Demasiadas Ausencias!

Si miraste el documental esperando un final feliz, te equivocaste. En este documental, no hay un final esperanzador con soluciones. Nadie nos habla de la posibilidad de cambiar las reglas del juego. Todo lo contrario. El hilo conductor es limitar nuestra percepción de la realidad para mantenernos asustados, dóciles, muertos de miedo en vida. La gente no piensa. La gente obedece. Obedece aunque las órdenes sean absurdas y les perjudiquen seriamente la salud. Lo hemos visto estos últimos dos años. La gente se lo cree todo. Carme Jiménez Huertas y Alicia Ninou Oliveras 8/8 Reciben un enlace a un documental y lo reenvían, sin pensar, sin ni siquiera plantearse las consecuencias de un acto en apariencia inocente, dejándose manipular y siguiendo la zanahoria que, los que pretenden imponer su NOM, les han puesto delante de los ojos para cegarlos e impedir que vean la Verdad Completa, no sea que se les ocurra intentar salir de la madriguera. Ellos quieren tu miedo, por eso quieren convencerte de que lo que va a venir va a ser peor. Fíjate en este detalle. Transcurridas más de dos horas de documental, dedican unos escasos segundos al intento fallido de rebelión de la movilización de camiones en Canadá (2:08) y, rápidamente, se pasa a hablar de la guerra de Ucrania, antesala de una nueva guerra mundial (2:09). A continuación, se esboza con dos pinceladas un futuro negro: el tratado internacional de la OMS para un pasaporte obligatorio de vacunación y la identificación digital. Ahí vienen las imágenes de los centros de cuarentena en Australia (2:12), inseridas para anclar en el inconsciente el miedo: el final catastrófico de la humanidad se nos presenta como inevitable. Oh, claro, también hay tres frases alentadoras: han cometido errores y el plan tiene fisuras; no vamos a colaborar con nuestra propia esclavitud; la libertad no es negociable. Y se acabaron las buenas noticias. La semilla del terror ha sido sembrada. Al final, la palabra Reinicio.

Escuchad. No se nos ha contado nada nuevo. El documental no plantea ni argumenta un punto de vista alternativo, sino todo lo contrario, insiste en convencernos de que no hay escapatoria, como si la partida estuviera perdida antes de jugarla. Se nos ha repetido lo que ya sabíamos con una salvedad: la narrativa en apariencia disidente ha servido para colar la propaganda alienante del NOM. Imagino que Klaus Schwab debe estar frotándose las manos con fruición: los disidentes trabajando para él, ¡y gratis!

Llegados a este punto, ¿qué vamos a hacer? ¿Discutir y pelearnos con otros disidentes? ¡Ni hablar! ¡No vamos a pelearnos! Eso es lo que quieren, ¿recordáis? ¡Quieren enfrentarnos y dividirnos! Vamos a hacer exactamente lo contrario. Lo único que pretendemos con este escrito es avisaros de que no podemos bajar la guardia si queremos evitar que nos metan goles en nuestra propia portería. ¡Hay que estar atentos y evitar movimientos que hagan crecer al enemigo! Estamos convencidas de que los entrevistados participaron de “buena fe” y expusieron sus opiniones con verdad y coraje. La manipulación parece haber acaecido durante el montaje y edición de los materiales. Las declaraciones pueden haberse sesgado de modo que encajaran en el hilo narrativo que se pretendía controlar. La sospecha es que alguien que sabía cuál había de ser ese hilo, tiró de él y marcó el rumbo.

El documental The Big Reset Movie, hubiera podido tener un mayor recorrido si no intentara normalizar lo que jamás debería normalizarse. El futuro del ser humano no va a ser el transhumanismo definido por los locos que pretenden imponer “su” nuevo orden mundial. El futuro vamos a escribirlo nosotros. ¡Nosotros! No tengamos miedo de nada ni de nadie. ¡No os dejéis engañar! ¡Hay que ser valientes! Somos guerreros y somos libres. No vamos a obedecer ni a seguir su agenda. ¡Se acabó!

Deseamos terminar con una cita de George Orwell: «Lo importante no es mantenerse vivo sino mantenerse humano». ¿Os gusta? Pues no lo olvidéis.


No hay comentarios:

Publicar un comentario