sábado, 10 de diciembre de 2022

SIGUE AUMENTANDO EL RECHAZO A LA INOCULACIÓN

PAVO AL AROMA DE ESPIGA
Fernando López-Mirones

Al contrario de lo que nos quieren hacer creer, no hay ni por asomo un 90% de “vacunados”. La gente llama “vacunado” al que se ha puesto alguna dosis, pero para la estadística todo el que no se haya pinchado una, aunque lleve tres, es oficialmente un “no vacunado”, yo los llamo neonegas, nuestros nuevos recién llegados al fascinante mundo de ser libres.

Ahora mismo el 80% de los españoles son “no vacunados” al haberse negado a inocularse la última que les correspondía. No repitamos por favor esa cifra oficialista falsa aquí porque la gente la da por buena y no lo es.

La última dosis en la franja de edad donde se está implementando, que es la más sumisa, no alcanza ni el 30%, es decir, un 70% de los mayores NO SE PINCHAN MÁS.

En este momento SOMOS MAYORÍA ABSOLUTA, y hay que decirlo y repetirlo para empoderar la opción nega. Y este dato lo va a utilizar el sistema para justificar la ola que van a inventar en diciembre - enero; porque no tengan ustedes duda de que tendrán el cuajo de decir que se producirá por el alto número de neonegas que han rechazado la 4ª y la 5ª. 

La gran mayoría de los españoles, de los europeos y de los hispanoamericanos se han dado cuenta de que han sido engañados; no tienen inmunidad alguna, mueren más por eso a lo que llaman “Covid”, pero también por ictus, infartos y repentinitis varias, que ahora llamaremos climatitis porque es la moda. 

Entonces, unas inyecciones que no causan nada más que problemas de todo tipo, que sortean muerte súbita, que dan miedo, que dejan a los inoculados como guiñapos inmunodeprimidos, cansados, bajos de tono, con problemas de vista, a merced del mínimo hongo, bacteria o enfriamiento, no es de extrañar que nadie las quiera.

La mayoría de los “vacunados” están dolorosamente arrepentidos, y me refiero a los que no les ha pasado nada, por placebo o por suerte. Apenas un puñado de afirmacionistas pertinaces expresan con orgullo tembloroso y poco creíble, que se pondrán lo que les digan. Son los vacunadictos, los hipocondríacos inducidos que tienen un problema de ARNdependencia severo; son creyentes covidicios, tienen secuelas post traumáticas debidas al miedo que pasaron, y que no podrán superar sin ayuda psicológica.

Llevan mascarilla en el alma, necesitan ayuda. No amigos, ya no somos los negacionistas aquella minoría heroica denostada, ahora somos los que tenían razón. Otra cosa es que su vacuñao le regale el oído a usted diciéndoselo, no lo hará, porque si fuera persona honorable nunca le hubiera impedido ir a la cena de Nochebuena el año pasado.

Ahora será usted, el purasangre o el neonega, el que le dirá que no va a ir porque, con tantos polinoculados en la mesa, el pavo al aroma de espiga le puede sentar mal.

Un aullido (Fernando López-Mirones. Canal EL AULLIDO, Telegram)

No hay comentarios:

Publicar un comentario