jueves, 8 de diciembre de 2022

MÁS ENFERMOS, MÁS CLIENTES...



Se supone que los medicamentos se inventaron para salvaguardar la vida (Bien para mejorar su calidad, bien para aumentar su duración). Todos los medicamentos deben servir a la vida pero todos, según sus prospectos, tienen o pueden tener graves efectos adversos, que incluso pueden acarrear la muerte. ¿Cómo se come eso?

Según Paracelso (Padre de la toxicología) “en la dosis está el veneno”. El hecho de que los medicamentos causen efectos adversos evidencia que son, en realidad, venenos utilizados a bajas dosis. Lo opuesto a la enfermedad es la salud y lo que da salud es lo saludable. Pero la industria farmacéutica apenas utiliza ingredientes saludables en sus pócimas, prefiere utilizar venenos. ¿Quién lo puede entender?

La razón de ser de los medicamentos es prolongar y/o hacer más feliz la existencia pero, algunas veces, según sus prospectos, causan enfermedades incurables y hasta la muerte. Señalan sus defensores que se trata solo de un pequeño porcentaje. Riesgo asumible, lo llaman; significa que hay pocas posibilidades de que te toque, como la lotería. Significa que ponerse una inyección, por ejemplo es, como jugar a la ruleta rusa, pero con un cargador con mucho agujeros y pocas balas.

Defender que los “beneficios” superan a los perjuicios es como decir que enferman y mueren pocos por efectos adversos. ¿Cuántos serían demasiados? ¿Tendría que matar un medicamento al 51% de la población para que fuera considerado un veneno? ¿Y cómo se puede decir que el beneficio supera los perjuicios, si se desconocen los perjuicios? ¿No repetían todos los “expertos en covid” (Tanto los profesionales como los amateurs), ya al principio del “pandemonimum”, que “el beneficio supera el perjuicio”? ¿Cuántos efectos adversos se han descubierto desde entonces? ¿Cómo podían aquellos expertos de pacotilla tener en cuenta unos efectos que aún nadie había descubierto?

Aconsejaba Hipócrates que “la comida sea tu medicina”, que es como decir “Pon atención en lo que comes”, que es como decir “Opta por lo saludable y no por lo venenoso”, que es como decir “Prefiere lo natural a lo químico”. ¿Por qué es preferible lo natural? Porque en la naturaleza todo está en equilibrio y cuando se altera una sustancia natural, extractando unos “principios activos” y desechando otros, se rompe ese equilibrio (Sirva como ejemplo el fiasco de la artemisinina: Un fármaco contra el que generan resistencia los parásitos de la malaria que no podían resistirse a la “artemisa annua”, la planta de la que se extrajo). ¿En qué momento renegaron los médicos de su propio padre? En el momento en que entendieron la medicina como un negocio más y la introdujeron en el comercio, como un servicio más. En ese momento, los médicos entendieron que más gente enferma significa más clientes, más facturación, más ganancias. En ese momento entendieron que mantener crónico a un enfermo es más beneficioso que curarlo porque el crónico es cliente fiel y el curado dejó de ser cliente.

Pero ¿Qué se puede reprochar a esos “servidores de salud”? Aumentar la clientela y fidelizarla. ¿No es el sueño de cualquier proveedor de servicios? Hoy, los dañados por los efectos adversos de las vacunas, suplican la atención de los mismos médicos que les aconsejaron vacunarse. -¡¿Qué quieres que hagamos?!- Se lamentan. -¡Tarde o temprano, todos tenemos que caer en sus manos, todos tenemos que venir a morir a ellos!- Llegados a este punto, los médicos ya están en disposición de ofrecer un nuevo servicio a los polintoxicados que no puedan con tantos efectos adversos. Lo llaman eutanasia.

El juramento hipocrático dice “Jamás daré a nadie medicamento mortal por mucho que lo soliciten ni tomaré iniciativa alguna de este tipo. Si éste juramento cumpliera, viva yo feliz y recoja los frutos de mi arte y sea honrado por todos los hombres pero si soy transgresor, avéngame lo contrario”. Lo estableció Hipócrates (El padre de la medicina). Todos los médicos lo asumían pero hubo un momento en que renegaron de su propio padre y, desde entonces, están malditos. ¡Ojalá se reconcilien pronto y puedan curarse y ser felices!

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