martes, 28 de marzo de 2023

EL FIN DE LOS VEHÍCULOS DE COMBUSTIÓN (Solo para pobres)

Era previsible que algo así podía suceder, solo desaparecerán los vehículos que no utilicen combustible sintético, otro gran negocio para las multinacionales, si hoy este combustible estuviera disponible probablemente habría que pagarlo a casi 3€/l, algo que la mayoría no podríamos mantener..., ellos nunca pierden.



Tras casi un mes de tensiones y de polémica, una vez que Alemania decidió no apoyar por sorpresa la nueva normativa que ya se iba a votar en el Parlamento Europeo a principios de marzo para prohibir la venta de coches de combustión interna desde 2035, el conflicto llega a su fina, y la Unión Europa pronto podrá aprobar una nueva regulación que iba a suponer el veto final a los coches diésel, gasolina o híbridos.

Y decíamos que iba a suponer, porque ahora en la práctica ya no lo supondrá: Alemania ha podido salirse con la suya e introducir una nueva exención en la prohibición de venta de los coches de combustión interna, que desde Bruselas no han tenido más remedio que aceptar a pesar de sus reticencias iniciales. De lo contrario, hubiese sido muy complicado sacar adelante una regulación que, a pesar de contar ya con el visto bueno previo de la Comisión Europea, los Estados miembros deben luego aprobar y avalar.

Y es que, vital para la UE que considera esta prohibición como una de sus medidas estrellas del año, finalmente los coches de combustión interna podrán seguir comercializándose más allá de 2035, pero sólo si demuestran que pueden funcionar en exclusiva con los denominados e-fuels, o combustibles sintéticos, totalmente neutros en emisiones contaminantes de CO2. “Hemos llegado a un acuerdo con Alemania sobre el uso futuro de combustibles sintéticos en los automóviles”, anunció este fin de semana Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea encargado del Pacto Verde Europeo.


Se confirma así que, tal y como exigía Alemania, con el apoyo del gran lobby de fabricantes europeos automovilísticos, los coches diésel, gasolina o híbridos podrán seguir vendiéndose si se alimentan con este tipo de nuevos combustibles. “Trabajaremos ahora para que se adopten los estándares de CO2 para automóviles lo antes posible”, ha continuado Timmermans, asegurando que el pacto se consigue gracias a “las soluciones innovadoras” que se han propuesto desde la UE.

LA UE CREARÁ UNA NUEVA CATEGORÍA DE VEHÍCULO QUE UTILICE COMBUSTIBLE SINTÉTICO

Eso sí, desde Bruselas han querido dejar claro que esta exención únicamente se aprobará si los vehículos son capaces de demostrar que solo funcionan con combustibles sintéticos y que cuentan con nuevos sistemas implementados capaces de detectar si emplean gasolina o diésel tradicional, impidiendo su circulación. Esto, por supuesto, tendrá un coste en el fabricante de automóviles que, como suele ser habitual, terminará asumiéndolo también el cliente.

Para permitir este nuevo tipo de combustible que haga viable la venta de coches de combustión interna, la Comisión Europea ha propuesto ya la creación de una nueva categoría por tanto de vehículos, que empleen motores de combustión pero que funcionen exclusivamente con combustibles sintéticos para permitir su venta más allá de 2035. Este nuevo tipo de vehículo, como hemos dicho, incorporaría algún tipo de mecanismo para impedir arrancar si no se detecta el e-fuel en su depósito.

Completamente neutros en principio en emisiones de CO2, estos nuevos e-fuels o combustibles sintéticos se fabrican con hidrógeno y carbono capturado previamente u obtenido con la biomasa. El gran problema a futuro que tendrán que resolver las autoridades es la previsión del alto coste que tendrá este tipo de nuevos carburantes para los consumidores.


EL COMBUSTIBLE SINTÉTICO CUESTA UN 50% MÁS QUE EL NORMAL

Y es que, tal y como esta semana ha asegurado la organización Transport & Environment (T&E), las previsiones alertan de que, para 2030, la gasolina sintética, por ejemplo, “podría costar más de 2,80 € por litro, un 50 por ciento más que la gasolina normal actual, debido a su complejo proceso de producción, en el que se consume mucha energía”.

Si estas previsiones son reales, el coste medio de llenar un depósito con este tipo de nuevo combustible sintético se elevará a los 210 euros, suponiendo al año un gasto de más de 2.300 euros en carburante para un conductor medio. Unas cifras altísimas y difícilmente asumibles por muchos consumidores.

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