Por fin llegó el día y veremos cuánto dura esto. Hoy, los “amos” han decidido que podemos respirar con normalidad en casi todas partes. Hoy, los “zeñoritos” que viven de nuestro sueldo han pensado que era el día adecuado para que la plebe de la que viven deje de respirar sus babas y sus mocos durante, al menos, un tiempo.
Hoy, en el BOE podemos leer lo siguiente en una disposición llamada: “Real Decreto 286/2022, de 19 de abril, por el que se modifica la obligatoriedad del uso de mascarillas durante la situación de crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19”.
“La obligación de uso de mascarillas, hasta ahora regulada en el Real Decreto 115/2022, de 8 de febrero, por el que se modifica la obligatoriedad del uso de mascarillas durante la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, dispuesta en los apartados 1 y 2 del artículo 6 de la Ley 2/2021, de 29 de marzo, de medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, queda establecida en lo sucesivo en los siguientes términos”.
Y a partir de aquí es donde viene la terminología asquerosa con la que nos trata esta gentuza. Y lo hace con razón porque, como ya imaginarán, seguiremos asistiendo a escenas surrealistas.
“1. Las personas de seis años en adelante quedan obligadas al uso de mascarillas
en los siguientes supuestos:
a) En los centros, servicios y establecimientos sanitarios según lo establecido en el
Real Decreto 1277/2003, de 10 de octubre, por el que se establecen las bases generales
sobre autorización de centros, servicios y establecimientos sanitarios, por parte de las
personas trabajadoras, de los visitantes y de los pacientes con excepción de las
personas ingresadas cuando permanezcan en su habitación.
b) En los centros sociosanitarios, los trabajadores y los visitantes cuando estén en
zonas compartidas.
c) En los medios de transporte aéreo, por ferrocarril o por cable y en los autobuses,
así como en los transportes públicos de viajeros. En los espacios cerrados de buques y
embarcaciones en los que no sea posible mantener la distancia de 1,5 metros, salvo en
los camarotes, cuando sean compartidos por núcleos de convivientes”.
“Las personas de seis años en adelante quedan obligadas”… ¿Se dan cuenta de que esta fauna dispone de nuestras vidas de una forma asquerosa y utilizando un lenguaje que denota las ínfulas de dictadores que tienen? “Quedan obligadas” nos dicen…
Ahora es cuando el detector de tontos se pone en pleno funcionamiento y es posible que acabe destrozado por saturación antes de que acabe el día. De momento y en un primer vistazo que hemos pegado a la calle, sigue habiendo muchas cabezas huecas que incluso las siguen llevando en exteriores.
Y dirán algunos de ustedes: “¡qué falta de respeto, les llaman cabezas huecas!” Pues sí, señores. Respeto, ninguno. Porque si alguien no se respeta a sí mismo no puede esperar que lo hagan los demás. Y a estas alturas de la película, quien todavía no se entere de qué va todo esto es que es completamente imbécil y la primera premisa para que una persona sea querida y respetada, es que lo haga consigo misma.
Y muy atentos porque, además, serán ellos y precisamente ellos los que anden, a partir de ahora, como perros policía por las calles echando pestes de quien decida hacer algo que es muy normal: respirar. Fíjense qué delito: respirar.
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