miércoles, 18 de enero de 2023

"EN DEFENSA PROPIA"

Fernando López Mirones escribe en su portada del libro "YO, NEGACIONISTA" que: "leer este libro puede acarrear graves efectos adversos" y, efectivamente estoy convencido de que aquellos que a día de hoy siguen dudando respecto a lo vivido estos dos últimos años, van a padecer un grave efecto adverso (pero para los globalistas)..; ¡ABRIR LOS OJOS!, seguro que no deja a ninguno indiferente por su genial exposición de los hechos y todo lo que se nos ha ocultado, y en honor a este gran profesional y comunicador dedico un fragmento del último capítulo de su libro titulado: "EN DEFENSA PROPIA", muchas gracias Sr. López por tan valiosa aportación.

De la página 273:

…seguirán destruyendo las culturas, como hicieron, por ejemplo, con la Leyenda Negra para manchar la memoria del Imperio español, con el fin de que los países resultantes no se volvieran a unir jamás y lo consiguieron; continuarán minando al individuo en todos sus valores tradicionales, desde la familia a las creencias religiosas, pasando por su propia identidad de género. Seguirán financiando movimientos de destrucción de las naciones, sobre todo las de Europa, su principal objetivo.

Continuarán eliminando el dinero físico, como todo lo físico, incluidos los libros de papel porque no los pueden editar, están inmutados desde que un autor y un editor los pusieron en circulación, eso no les interesa. Muchos libros del siglo XX son peligrosos para ellos. Durante la plandemia, nos han mostrado cómo piensan actuar en el futuro, la propia OMS ha editado definiciones y textos de su página web varias veces. Todo lo que está en las redes es borrable y editable con extrema facilidad. Yo personalmente acumulo libros de antes del globalismo de forma compulsiva, cuando los autores eran libres, cuando podían exponer ideas que ahora son imposibles.

Otro paso que ya he dicho será controlar la soberanía alimentaria, del agua y la energía; de tal suerte que todo esté centralizado y dependa de los globalitos de su expediente personal, sin los cuales usted no podrá hacer absolutamente nada porque desde el Ministerio de la Verdad con un solo clic quedará usted encerrado en su casa. Seguirá muriendo y enfermando mucha gente que ya se inoculó las falsas vacunas, por eso deben crear nuevos relatos para justificarlo. Pero, además, seguirán intentando inocularnos cada año, de tal suerte que pueden meter lo que quieran sin control.

Deberíamos estar todos en bloque contra los códigos QR, los pasaportes sanitarios y todo tipo de documentos digitales que supongan una violación de nuestra intimidad y derechos. Incluso los que sean partidarios de vacunarse tendrían que darse cuenta de que son inadmisibles desde el punto de vista de las libertades individuales, y de que tarde o temprano se volverán contra ellos y sus familias.

Los hacedores del globalismo quieren un mundo con la mitad de las personas, y que estén bajo su control permanente, sin propiedad privada, sin dinero físico, sin combustibles fósiles y con todos los recursos centralizados y, por tanto, susceptibles de ser interrumpidos a aquellos que no cumplan con el Gran Estado.

Pero es importante saber que todo esto no es un destino inexorable ni algo que no se pueda evitar, todavía somos la gente, todavía somos muchos más que ellos; si aún se esfuerzan en engañarnos es porque temen que nos demos cuenta; giremos y nos escaparemos de la almadraba globalista. Podemos restaurar el mundo tal y como era antes de la Segunda Guerra Mundial, pero, por supuesto, con los avances técnicos y científicos adquiridos, los de verdad.

Es imperativo liberar a la ciencia de las corporaciones, jamás deben desarrollarse juntas, la una la corrompen las otras. Y tampoco la ciencia debe convertirse en la nueva religión animalista que haga regresar la época de los tótems y los becerros de oro.

Se han implantado en la mente de la gente cookies ideológicas respecto a casi todo. Ideas como que los humanos somos malos, una plaga para el planeta; las mascotas son hijos; los hijos son una molestia para el clima; la monogamia es antinatural, y creer en Dios es contrario a la ciencia impregnan por completo a las últimas generaciones de los países ricos. Por eso, en los planes de educación de todo el mundo eliminan la Filosofía, las Matemáticas, la Biología de verdad, la Literatura y las sustituyen por asignaturas inventadas sobre derechos, igualdades, identidad sexual y otras que aleccionan a los niños desde el colegio para ser grandes conservadores de sus globalitos cuando sean adultos.

Pero este no es un libro pesimista, más bien al contrario, pretende reclamar la vida, la libertad y la esencia orgullosa del ser humano. No lo pueden conseguir, como bien diría Malcolm y su teoría del caos, escaparemos por algún lado, como los dinosaurios o las spikes de las vacunas; no se pueden poner puertas al campo, no son tan listos, solo tienen mucho dinero que es nuestro, basta con recuperarlo.

Además, hemos aprendido mucho en estos casi tres años, ya no queremos la vieja normalidad que nos trajo hasta aquí. Millones de personas en todo el mundo nos hemos despertado para no volver atrás. Lucharemos por la justicia, la libertad y el derecho a ser diferentes cuando nos dé la gana, nos vamos a despasteurizar. Todos los que han colaborado con el gran engaño serán juzgados y no podrán seguir trabajando en lo mismo que hacían durante la plandemia ; quizá hagan falta más pescadores, agricultores y ganaderos, pero que no tomen nunca más un micrófono, una cámara o un ordenador si no es para expiar sus pecados haciendo una catarsis que nos sirva para recapacitar.

He escrito este libro en defensa propia; la primera vez que me llamaron negacionista como algo insultante me molestó, pero poco a poco, durante dos años, fui conociendo a otras personas a las que les llamaban lo mismo y vi que eran maravillosas, especiales, valientes, inteligentes y con luz propia. Entonces comencé a tenerle aprecio a la palabra.

Si ser negacionista es parecerme a ellos, ya no me parece tan malo. Ahora estoy seguro de que, como siempre pasa en la naturaleza, toda crisis deviene en mejora a la larga; como ese bosque del que hablamos, se regenera el suelo; como el mar que tanto amo, se mezclan los nutrientes, se capturan los oligoelementos, se alimentan los virus marinos generando atmósfera; incluso un volcán fertiliza. Llegado este punto, todos esos nuevos amigos son mucho mejores que los que antes creía tener, aquellos que me trataron mal, que contribuyeron a los meses de soledad que todos los diferentes hemos padecido. Ahora puedo ya decir con orgullo: yo, negacionista.

FLM, 28 de marzo de 2022

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