Esta mañana hablando con mi madre, me pregunta: ¿has visto la coronación?, ¡no!, le he respondido de forma rotunda, "no me gusta este tipo de parafernalia", y es que ella, con tantos años como tiene, entiendo que le puedan atraer este tipo de cosas más bien propias de hace varios siglos, pero, que personas jóvenes y con la información de la que hoy se dispone con mucha facilidad, sigan viendo este gran circo como algo subliminal, que en Europa sigan existiendo ocho o diez monarquías, con sus reyes, reinas y principitos, personajes a los que el pueblo no ha elegido, que viven a cuerpo de rey, nunca mejor dicho, que son personitas como cualquiera de nosotros, con sus virtudes, pero también con sus gilipolleces, personajes, algunos esperpénticos, que no están ahí por sus capacidades, por sus méritos, por su esfuerzo, sino porque les ha tocado en herencia, como el que hereda la casa del pueblo, una buena muestra la tenemos con nuestro emérito, y que le cuestan al ciudadano de a pie una auténtica fortuna, ¿qué quieres que te diga?, que tú tengas que madrugar para ganar un sueldo que te permite llegar a duras penas a fin de mes, y que lo que te debería corresponder lo derrochen estos elementos a manos llenas, pues no me cuadra, que una persona adulta en pleno uso de sus facultades, haga horas de cola (según me han dicho, y me lo creo), para presenciar en directo lo que sería un cuento infantil, con reyezuelos, carrozas y un escenario con todo lujo de detalles, un cuento que habrá costado un dineral, en un país en el que seguramente hay gente pasando hambre, gente sin hogar y mendigos por la calle, como en cualquier país de esta decrepita Europa, pues sin ánimo de faltar el respeto, a esas personas que se han quitado horas de sueño por ver todo eso en directo les diría que se lo hagan mirar.
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El rey de un país debería ser aquel que con la capacidad y méritos suficientes gobierna para su gente, que defiende los derechos de su pueblo y gestiona sus intereses, percibiendo por ello lo que le corresponda, pero no con ánimo de lucro, sino por vocación, no es tan difícil de entender, todo lo demás es permitir que nos sigan tomando el pelo y se rían de todos nosotros.
Esto es lo que hay, es lo que pienso, y al quien no le guste que ponga la sexta que seguro que ese circo permanecerá en diferido varias semanas.
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