martes, 18 de febrero de 2025

¿ABANDONA EL DICTADOR?

Esta podría ser una excelente noticia, pero si fuese cierto que el dictador que tenemos en el gobierno realmente abandonara el cargo, dimitiera, o lo echaran, da lo mismo, el caso es que estaríamos ante una sensación agridulce, puesto que siendo así, entraría a formar gobierno la "otra alternativa", o sea Feijóo, y es que teniendo en cuenta que en este país en cuatro décadas no hemos aprendido nada, la historia se repite de forma cíclica, castigamos al PSOE, pues votamos al PP, este no cumple, volvemos a votar al PSOE, y así vamos, una y otra vez hasta llegar donde estamos, en la ruina.

Si este elemento abandona, lo hace dejando bien colocaditos a los suyos, han robado lo que no está escrito y con los bolsillos llenos, al país y a sus ciudadanos que les den, pero, luego entra el otro, con la misma hambre de dinero que tenía en su momento el que se retira y, a volver a llenar los bolsillos a otros cuantos miles de parásitos hambrientos de dinero y poder.

Algo que no podemos obviar, es que ambos forman parte del mismo plan, esa maldita agenda 2030, o sea dos títeres impuestos por la élite globalista intentando aparentar gobierno y oposición para que nos lo traguemos creyendo que habrá una mejoría, esa que nunca llega, más bien todo lo contrario, el plan va siguiendo su ruta sin desviarse un ápice, y es que lamentablemente en este país sigue habiendo mucha gente que no se entera de nada, sigue creyendo lo que le venden los medios subvencionados y con una fe ciega a estos dos partidos mafiosos, mostrándoles sorprendentemente un apoyo incondicional.

Si despertásemos de una vez por todas, podríamos decantarnos por dos opciones, ambas con posibilidades de un cambio real, si en lugar de votar a cualquiera de estos partidos llenos de corruptos, se repartiese el voto entre los otros veinte o veinticinco pequeños partidos, se provocaría un terremoto político que haría temblar los cimientos de una constitución de chichinabo como la que tenemos, lo que a su vez propiciara un más que factible cambio en su propia legislación y que en consecuencia hiciese caer el actual sistema. La otra opción sería una abstención mayoritaria. Cualquiera de ellas sería inmensamente más efectiva que dejar que volviese a gobernar un corrupto.

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