Si Pedro Sánchez sigue en el poder es porque sus adversarios le tienen miedo y no se atreven a atacarle con todas sus fuerzas.
Dentro del PSOE, la oposición a Sánchez existe, pero está acobardada. Fuera del PSOE, la oposición es débil y acomplejada en el PP y sólo existe en VOX.
Nadie arremete con fuerza contra Pedro Sánchez, que tenía que estar agobiado por las denuncias ante los tribunales y las protestas en las calles. Los ciudadanos están anestesiados y se limitan, como mucho, a protestar en Internet.
Pero lo más grave es que las instituciones defensivas de la nación, aquellas que juraron defender la nación y fueron creadas para evitar la desgracia de la patria, están paralizadas e infiltradas por el sanchismo. La Monarquía guarda silencio ante los abusos, corrupciones y arbitrariedades del gobierno y de sus compinches, a pesar de que la Constitución está siendo reiteradamente violada. Las Fuerzas Armadas están en silencio y "a la orden" de un poder que es claramente contrario a los intereses de la nación.
¿Os acordáis de los ataques a Sánchez que lanzaban hace poco Felipe González, Alfonso Guerra y otros viejos dirigentes históricos del PSOE? ¿No os extraña el silencio actual? ¿Por qué ahora guardan silencio y no se atreven a cuestionar a Pedro Sánchez, cuando la situación de España es cada día más dramática?
He indagado y la respuesta que recibo es sorprendente e inquietante. Me dicen que Pedro Sánchez y su entorno han sacado los dientes y les ha amenazado con revelar secretos de sus etapas de gobierno cuidadosamente ocultados, lo que ha provocado que el silencio más espeso se haya impuesto.
Es el silencio cobarde de los corruptos, de los que tienen muchas suciedades que esconder.
Cada escándalo del gobierno es respondido con otro escándalo, promovido desde el poder y apoyado por la batería corrupta de periodistas y medios al servicio del poder, que afecta a la oposición, con lo que Sánchez consigue un injusto empate porque los escándalos y dramas del gobierno son diez veces más indecentes y graves.
Es lo que ha ocurrido con el escándalo de las mascarillas, el llamado "Caso Ábalos-Koldo", que es el más grave del socialismo español desde la Guerra Civil, mucho más que los de los ERES y los cursos de formación. Sánchez, con sus táctica de superponer un escándalo, sea verdadero o falso, sobre otro, está logrando que la sociedad olvide que las mascarillas defectuosas causaron muertes por COVID y que se trata del primer escándalo de corrupción manchado de sangre y muerte desde la muerte de Franco.
El escándalo de las mascarillas implica a varios ministros y a numerosos servidores públicos, incluyendo a la esposa del presidente del gobierno, mientras se sospecha que el propio Sánchez era el gran jefe que lubricaba todo ese mecanismo corrupto.
Los agricultores en las calles porque el campo se muere, los jueces, magistrados y fiscales en rebeldía, asqueados del sistema de Justicia, los ciudadanos frustrados y abucheando a los políticos, a los que ya odian en luchar de rechazar, la política desacreditada, el país sin prestigio ni peso en el mundo, el dinero público cubierto de opacidad , mal empleado y desapareciendo, los fondos europeos gastados de manera opaca y mafiosa, y el descontento creciendo día a día, sin consecuencias políticas, con un gobierno que sigue pactando inmundicias con los desleales golpistas catalanes, bajo el argumento mentiroso de que las concesiones a los independentistas pacifican Cataluña.
España, que ya es un país invadido por la inmigración ilegal africana sin control y que pierde su identidad a pasos de gigante, necesita, más que ningún otro país de Europa un reseteo o un milagro de Dios para salvarse de la vorágine destructiva del sanchismo, del hundimiento de los valores, de la injusticia reinante, de la inseguridad que se apodera de las calles y plazas,y del odio generalizado, dramas de extrema gravedad que incluso amenazan con desatar un conflicto civil.
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